Menú de contenidos:
- Importancia de revisar el sistema de calefacción
- Consejos para el mantenimiento de los radiadores y la caldera
- ¿Cuáles son las averías más comunes?
- ¿Cómo realizar una reparación de los radiadores de calefacción correcta?
- ¿Cómo mantener en buen estado los radiadores de calefacción?
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Importancia de revisar el sistema de calefacción
Para que un radiador de calefacción pueda funcionar correctamente y alargar su vida útil el máximo posible, no solo hay que saber utilizarlos, sino que también hay que darles el mantenimiento que necesitan. De esta manera, no solo mejoraremos su funcionamiento, sino que también evitaremos posibles averías posteriores. Existen dos tipos de mantenimiento que podemos llevar a cabo con la calefacción por radiadores. Por un lado, encontramos el llamado preventivo. Como su nombre indica, su finalidad es la de prevenir posibles averías que puedan aparecer con el tiempo y por el propio uso. Este tipo de mantenimiento está destinado a evitar las averías y la posterior reparación de los radiadores de calefacción podemos llevarlo a cabo nosotros mismos en casa. Además, también encontramos el correctivo. La finalidad es la de corregir o arreglar las averías que hayan podido aparecer. Si bien siempre es posible que surja algún problema ajeno a nuestro control, en la mayoría de las ocasiones, las averías pueden evitarse si realizamos el mantenimiento preventivo con la regularidad que corresponde.
No llevar a cabo las revisiones o el control que el fabricante y el instalador nos recomiendan, además de implicar la reparación de los radiadores de calefacción y la caldera, pueden suponer un fallo general que impida su funcionamiento.
Consejos para el mantenimiento de los radiadores y la caldera
Para evitar la reparación de los radiadores de calefacción, debemos poner en práctica esta serie de consejos. Si logramos llevar a cabo el mantenimiento preventivo y las revisiones pertinentes con la frecuencia que corresponde, ahorraremos en reparar averías y también reduciremos el importe de las facturas. Hay que recordar que el poco mantenimiento deriva en un funcionamiento poco eficiente, lo que termina aumentando el consumo. Se recomienda hacer una revisión de los radiadores y del circuito al principio y al final de cada temporada. Vamos a conocer a continuación cómo evitar la reparación de los radiadores de calefacción.
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Uno de los problemas más frecuentes que implican la reparación de los radiadores de calefacción son las fugas. Para saber si existen solo debemos observar los propios radiadores y aquellas zonas en contacto con el circuito. Así como los tubos de la válvula que los purga y las juntas. Cuando las gomas o las juntas se van secando por el paso del tiempo, pueden aparecer pequeñas pérdidas. En cambio, cuando el goteo se produce diariamente y no le ponemos solución, este terminará afectando a la presión de todo el circuito. Al suceder esto, dicha presión descenderá y el calor será trasnmitido de manera menos eficiente. En otras palabras, para poder ofrecer el mismo calor, la caldera necesitará consumir más.
Para detectar estas pérdidas podemos utilizar un trozo de papel o una servilleta y pasarlo por las válvulas, las juntas y los tubos. Si vemos que este está húmedo, será necesaria la reparación de los radiadores de calefacción. También, para evitar las fugas y la posterior reparación de los radiadores de calefacción, debemos purgarlos. Además del agua, se genera aire dentro del circuito, y el resultado es que el radiador no puede llenarse completamente. Al suceder esto, la eficiencia energética de los radiadores puede descender hasta en un 40%. Además, el aire que se ha ido acumulando absorberá el calor, por lo que el consumo será también más elevado, e incluso impedirá que el agua circule por esa parte de la instalación.
2. Control del aire y purga
Una de las formas más sencillas de saber si el funcionamiento del sistema es el correcto es la de colocar una mano en diferentes zonas de los radiadores y verificar la cantidad de calor que desprenden. En el caso de que sea desigual, sabemos que habrá que realizar la reparación de los radiadores de calefacción, o simplemente una purga del aire acumulado. Cuando en la zona más alta o la más baja el calor no tiene la suficiente intensidad, significa que se ha acumulado aire. En este caso, solo habrá que purgarlos para que vuelvan a funcionar de manera eficiente.
Antes de encender el radiador, abriremos la válvula para la purga. Si hay aire acumulado en su interior, este comenzará a salir al abrirla. Una vez que lo ha perdido, comenzará a gotear agua. Para evitar manchar el suelo, colocaremos un recipiente previamente. Una vez que la hayan perdido, podremos cerrar la válvula nuevamente. Habrá que hacer lo mismo con todos los radiadores.
3. Revisa la presión de la caldera
Como ya dijimos anteriormente, el mantenimiento no solo hace referencia a los radiadores, sino también a la caldera. Si hemos hecho la purga de los radiadores, la presión tiende a bajar. El fabricante nos dará las indicaciones acerca de los valores aceptables de presión. Cuando cae por debajo de la zona roja, debemos abrir el paso del agua para que pueda subir. Si por el contrario la presión es demasiado alta, habrá que abrir la válvula para que el circuito se vacíe un poco y dejar que aquella vaya bajando.
4. Revisa los tapones de cada radiador
La reparación de los radiadores de calefacción puede implicar trabajos algo más engorrosos y que debe llevar a cabo un técnico especializado. El cambio de los tapones debe llevarse a cabo cuando las juntas están resecas, oxidadas o bien aparecen fugas. Una solución temporal para posponer la reparación de los radiadores de calefacción es la de apretar el propio tapón. Sin embargo, las calderas deben revisarse cada 2 años, y cada 5 la instalación completa, incluyendo el contador, las tuberías y las llaves.
El cambio de tapón debe hacerse desconectando los radiadores y cerrando la llave del agua. Una vez hecho esto, purgaremos el radiador de manera normal. Habrá que dejar que salgan varios litros, que con frecuencia olerán mal por la propia suciedad del agua. Cuando se haya vaciado, podremos poner tapones nuevos y atornillarlos para que no haya pérdidas. A continuación, y tal y como explicamos en el punto anterior, revisaremos la presión y la calibraremos. Y por supuesto tendremos que ir purgando el radiador varias veces y rellenando el circuito con agua desde la llave de la caldera, para eliminar completamente el aire que se haya podido acumular durante el cambio de los tapones.
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¿Cuáles son las averías más comunes?
La reparación de los radiadores de calefacción no demasiado frecuente ya que, en lo que se refiere a problemas de gravedad, las purgas o la limpieza podemos llevarla a cabo nosotros mismos. Tal y como explicamos en los consejos, las averías más comunes son las pérdidas de agua por goteo o la acumulación de aire en el interior de los radiadores. Cuando aparecen estos problemas se reduce la eficiencia, por lo que habrá que realizar la purga para restaurar el funcionamiento. Además de esto, podemos experimentar problemas con la presión. La solución a estos es la apertura de la válvula o, en el caso de que sea muy baja, dejar que corra el agua en el interior de los radiadores.
Otras averías que pueden surgir son los problemas con el encendido, una presión del agua demasiado baja o la falta de combustible. Si después de realizar la purga seguimos experimentando problemas, se recomienda llamar a un técnico para la reparación de los radiadores de calefacción.
¿Cómo realizar una reparación de los radiadores de calefacción correcta?
Hacer las purgas nosotros mismos como medida preventiva y mantener limpios los radiadores, son una forma eficaz de evitar problemas futuros. Sin embargo, lo más adecuado siempre es que sea un profesional quien revise que todo funciona correctamente. Puesto que, de acuerdo con la normativa, una caldera debe revisarse cada dos años, podemos aprovechar la visita del técnico para comprobar el estado de todo el circuito. Así, podremos evitar encontrarnos en una reparación de los radiadores de calefacción más grave.
El control y la limpieza periódica de los radiadores es otra manera de mantenerlos funcionando y evitar posibles averías. La acumulación de polvo y de suciedad puede dificultar también la salida del calor, por lo que no debemos descuidar estos aspectos. La prevención es siempre la mejor forma de evitar las reparaciones de los radiadores de calefacción.
¿Cómo mantener en buen estado los radiadores de calefacción?
En la siguiente tabla se exponen de forma resumida los consejos básicos que debemos y podemos hacer para mantener los radiadores en correcto funcionamiento:
Purgar los radiadores | Se recomienda antes y después de cada temporada. Sobre todo en los meses de septiembre y octubre, antes de que desciendan las temperaturas |
**Encender los radiadores frecuentemente** | Evitaremos que puedan generarse obstrucciones u otros problemas de cara a la temporada fría |
**Limpieza y no taparlos** | La suciedad, así como colocar ropa u objetos encima, dificultan que puedan trabajar con normalidad |
**Revisar los tapones y posibles fugas** | Si el problema persiste tras la purga, contacta con un especialista |
**Caldera y circuito en buen estado** | Has las revisiones periódicas obligatorias y evita así que aparezcan averías de gravedad |