¿Suelo radiante o radiadores?: por cuál me decido

• Radiadores y suelo radiante: diferencias y tipos
• Beneficios de cada sistemas
• ¿Es viable combinar suelo radiante con radiadores?
• ¿Se puede combinar el suelo radiante con otros sistemas de calefacción?
• Para que tipo de viviendas y zonas de España se recomienda cada sistema
• Preguntas frecuentes

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Los radiadores han sido uno de los sistemas más instalados tradicionalmente en España y hay diferentes modelos donde elegir. Aún así, el suelo radiante es una gran alternativa en la actualidad. Cada vez son más los usuarios que se deciden por instalar este sistema en sus viviendas y están ganando gran terreno en el mercado español. A pesar de que por lo general, ambos sistemas utilizan agua caliente para la calefacción de las estancias, su funcionamiento es bastante diferente. A continuación, te queremos explicar su funcionamiento y características.

En el suelo radiante la emisión de calor se realiza desde el suelo. Este se calienta bien por la circulación de agua caliente por una red de tubos, o por la acción de un hilo eléctrico. En el caso del suelo radiante de agua, esta circula a través de los tubos que están instalados en el suelo, dentro del hormigón que hay debajo del pavimento, azulejos, tarima o parquet. El suelo radiante se instala por todo el suelo, por lo que la zona de emisión de calor es todo el suelo de la vivienda.

El agua que circula por el suelo radiante esta a una temperatura relativamente baja, entre 30 y 40°C. Pero aporta el calor suficiente para lograr el confort necesario en las estancias. La ventaja de funcionar con agua a baja temperatura lo hace óptima para funcionar en conjunto con una bomba de calor. Este tipo de sistemas aprovechan la energía térmica del aire y son equipos que consumen poca energía. Por lo que están catalogados como sistemas de energía renovable.

El funcionamiento del suelo radiante eléctrico es bastante similar al anterior**.** Pero se diferencia al funcionar con resistencias y no con agua caliente. Este tipo de suelo radiante logra el confort necesario en el hogar. Aún así, tienen la desventaja de que el consumo de energía eléctrica es alto y por lo tanto, afecta al usuario final en las facturas a fin de mes.

En la mayoría de los hogares españoles, es común encontrar instalaciones de radiadores que funcionan con agua caliente. Combinados con una caldera de gas encargada de distribuir directamente a los radiadores el agua caliente necesario, a través de las tuberías instaladas por las paredes. Los radiadores tradicionales de aluminio o acero necesitan que el agua circule por su interior a una temperatura promedio de 70 a 80 °C para poder suministrar el calor necesario dentro de las habitaciones.

No obstante, en la actualidad existen los radiadores de baja temperatura que también pueden funcionar con una bomba de calor de aerotermia y aprovechar el bajo consumo que estas aportan. Por su parte, los radiadores eléctricos funcionan con un sistema de resistencias y son muy fáciles de instalar. No necesitan de obras excesivas. Este tipo de radiadores tienen un consumo mayor de energía ya que, funcionan directamente con la corriente de la red eléctrica.

✓ Sistema con gran eficiencia: reparte el calor dentro de las viviendas de una forma muy confortante y garantiza llegar a todos los rincones uniformemente.

✓ Bajo consumo: al funcionar con agua a una temperatura relativamente baja, el consumo es menor en comparación con los radiadores.

✓ No ocupan espacio: al estar instalado en el suelo, no se necesitará de espacio extra para algún otro equipo, dejando libras las paredes.

✓ Uso anual: el suelo radiante combinado con una bomba de calor, pueden trabajar calentando enfriando las estancias. En estos casos hablamos de suelo radiante refrescante.

✓ Sistema económico: por lo general suelen ser equipos mucho más económicos, lo que es una ventaja al hacer la instalación.

✓ Alcanzan rápidamente la temperatura necesaria: son equipos que suelen calentar muy rápidamente ya que por lo general están hechos de aluminio y funcionan con agua caliente de bastante temperatura.

✓ Encendido: son equipos de muy fácil funcionamiento, el encendido y apagado es muy sencillo en comparación con el del suelo radiante.

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Los radiadores y el suelo radiante se pueden combinar en una vivienda, instalándolos por zonas, sin ningún problema. La única condición es que el técnico prepare la instalación de la caldera para que trabaje a dos temperaturas diferentes. De forma que cuando funcionen los radiadores envía agua a 80°C, y cuando el suelo radiante necesite calor, la caldera envíe el agua a 40°C.

Son muchos los hogares que tienen instalado suelo radiante en las habitaciones principales y en los demás radiadores de agua caliente, lo que puede ser de gran ayuda con el ahorro de energía. Ya que los radiadores solamente se utilizarían cuando fuese necesario. Pero la instalación de ambos sistemas es más cara. Se necesitarán hacer obras diferentes para el suelo radiante y para los radiadores.

Para facilitar la instalación, los radiadores pueden ser de baja temperatura para no influir en la diferencia de temperatura de salida prefijada de la caldera. Ya que, el suelo radiante trabaja a una temperatura inferior que los radiadores convencionales. De esta forma, serian comandados a través de los circuitos de los colectores de suelo radiante. Y así, los radiadores se puedan graduar a través de los termostatos de cada estancia, al igual que el suelo radiante.

El suelo radiante suele resultar una gran opción en la mayoría de los casos. Pero no debemos olvidar que se trata de una instalación mucho más compleja y cara que los radiadores. Sin embargo, no necesariamente se debe realizar la instalación del suelo radiante en todas las estancias del hogar sino en las de uso más habitual. Combinado el suelo radiante con otros sistemas como los radiadores, o los fancoils para lograr la calefacción perfecta.

Por otra parte, el suelo radiante es un sistema que se puede adaptar para trabajar con diferentes tipos de generadores de calefacción. Nos referimos a diferentes tipos de calderas o bombas de calor. Como las calderas de pellets o biomasa, o las calderas de gasoil, o las bombas de calor de geotermia, o incluso con energía solar. De esta forma siempre podremos elegir el sistema que más se adapta

Una de las características que distinguen al suelo radiante de los radiadores e incluso de otros sistemas es su alta inercia térmica. Lo que queremos decir, es que, después de encender el suelo radiante tarda bastante en calentarse y de la misma forma en enfriarse. Por lo que es ideal cuando lo encendemos en octubre y no lo apagamos hasta marzo. Y esto puede resultar una ventaja o no, dependiendo de los hábitos del usuario dentro de la vivienda.

Aún así, el suelo radiante se recomienda en las viviendas o estancias en los que su utilización se haga de forma continuada. También en zonas de España más frías y con un invierno más prolongado y estable en temperaturas. De forma que, no estemos apagando y encendiendo el suelo radiante cada semana. Lo que afectaría a su correcto funcionamiento y necesitaría mucho más mantenimiento.

Para viviendas en zonas templadas en las que el uso de la calefacción va a ser puntual, por ejemplo, sólo unas horas al día, es más recomendable instalar y trabajar con radiadores. También en zonas de clima más templado, como la costa mediterránea, Andalucía y las islas. Ya que es normal que haga unos días de frio, y luego vuelvan a subir las temperaturas. Para volver a repetirse los contrastes durante todo el invierno.

Para las casas grandes con habitaciones con amplias dimensiones, el suelo radiante también puede resultar una buena opción. Sin embargo, para casas con habitaciones pequeñas, los radiadores producirán el calor necesario y aportarán el confort requerido.

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Si te preocupa el precio del suelo radiante o radiadores te informamos que el suelo radiante es más caro, ya que su instalación conlleva materiales más delicados y se requiere un mayor trabajo de instalación. El suelo radiante requiere de más obra, y por lo general se debe renovar todo el pavimento de la vivienda.

En términos medios, podemos decir que el suelo radiante puede costar entre 40 y 65 € por metro cuadrado. Aunque el precio puede variar en función de el tamaño de las estancias, la dificultad de la instalación, y otros aspectos particulares de nuestra vivienda. Además, debemos tener en cuenta que en este precio no esta incluida la caldera o bomba de calor necesaria para generar el agua caliente.

Una instalación de radiadores se puede instalar por un precio entre 30 y 40 € por metro cuadrado de vivienda a calefactar. Añadiendo a este precio la instalación de la caldera adecuada, bien sea una caldera de gasoil, de gas, una caldera eléctrica o de biomasa.

Para saber que es mejor, el suelo radiante o radiadores, podemos pensar en el confort. Diferentes estudios has demostrado que la calidad de la calefacción por suelo radiante es la mejor. Pero si, lo que nos preocupa es el tema económico, esta claro que el precio del suelo radiante es bastante superior a los radiadores.

El suelo radiante esta constituido por elementos “más delicados” y que necesitan de una mayor atención. Es por ello que el mantenimiento suele ser más regular, sin contar los componentes que se tengan que cambiar al deteriorarse por el tiempo y el uso. De media el mantenimiento del suelo radiante puede costar entre los 100 y los 150 €. En cambio para unos radiadores no debería superar los 80 – 90 €.