¿Por qué comprar acumuladores de calor?

• ¿Cuándo es interesante comprar acumuladores de calor?
• ¿Cómo elegir un buen acumulador de calor?
• ¿Es rentable comprar un acumulador de calor?
• Precios de acumuladores de calor
• Acumuladores y discriminación horaria
• ¿Sabes cuantos acumuladores de calor necesitas?

Fuente de la imagen: ©Hogarsense.es

Antes de lanzarnos a comprar acumuladores de calor, debemos conocer que son y cómo funcionan. Y, sobre todo, debemos tener en cuenta que utilizan electricidad para su funcionamiento. Los acumuladores constan de 3 elementos principales, una resistencia eléctrica, piedras refractarias y la envolvente aislante y protectora.

Al usar directamente electricidad mediante una resistencia, son equipos de calefacción que generan mucho consumo y ello implica facturas de luz muy altas. Sin embargo, en ciertas circunstancias puede resultar interesante comprar acumuladores de calor.

✓ Los precios de acumuladores de calor

Los acumuladores de calor son equipos individuales para cada estancia que queramos calentar. Por ese motivo son más económicos que un sistema complejo, como una caldera de gas con radiadores. No necesitamos comprar un acumulador eléctrico para cada habitación, solo en aquellas que queramos mejorar el confort. Por eso, cuando no disponemos de un presupuesto elevado y solo tenemos que calefactar una habitación, son una alternativa recomendable.

✓ Aprovechar la discriminación horaria

Todas las comercializadoras de electricidad disponen de tarifas especiales de discriminación horaria. Estas se caracterizan por tener un tramo en el que el precio de la electricidad es sensiblemente más bajo que en las tarifas normales.

Sin embargo, los otros tramos nos penalizan el consumo, con un precio ostensiblemente mayor. Los acumuladores de calor, se llaman también acumuladores nocturnos, precisamente porque aprovechan estas tarifas en su franja más económica para cargarse, por la noche. Es decir, se ponen en marcha gracias a un reloj, en las horas de electricidad más barata. Las resistencias calientan las piedras refractarias y están son las que mantienen el calor durante todo el día.

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✓ Facilidad de instalación

Para instalar un acumulador eléctrico no hacen falta tuberías ni instalaciones especiales. El único requisito es que la instalación eléctrica que disponemos en casa esté sectorizada, para aprovechar ciertos enchufes con los acumuladores. Así, esos enchufes solo tendrán corriente eléctrica en las horas de “valle” de la tarifa de discriminación horaria.

✓ Bajo mantenimiento

El mantenimiento de un acumulador eléctrico es mínimo, ya que únicamente se requiere su limpieza, como un mueble más. Eliminando el polvo y poco más. Si es recomendable que un electricista revise la instalación eléctrica una vez al año, comprobando los consumos y asegurando que los cables de toda la vivienda no están sufriendo con el aumento de la corriente eléctrica, debido a los acumuladores de calor. Que las protecciones eléctricas trabajan bien, y el resto de componentes no se deterioran en exceso.

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Si decidimos comprar acumuladores de calor para nuestra vivienda o solo para alguna habitación, no debemos coger el primero que veamos en una tienda. Lo recomendable es acudir a instaladores profesionales, que dispongan de carnet de instalador electricista. Esto es necesario en el 99 % de las viviendas, puesto que necesitaremos con toda seguridad aumentar la potencia eléctrica de la vivienda.

Sin embargo, es conveniente informarse y aquí explicamos algunos aspectos que se deben comparar en los acumuladores de calor. De manera que nos decantemos por el más adecuado para nuestra vivienda.

✓ Modelo

En función de las necesidades debemos elegir un acumulador eléctrico estático o dinámico. Por ejemplo, en las estancias más grandes y con más uso, es recomendable elegir los dinámicos.

✓ Potencia

En función del tamaño de la estancia, el aislamiento de la vivienda y la altura de los techos, el instalador nos calculará la potencia adecuada que debe tener el acumulador de calor de cada estancia. Entonces podremos elegir entre los diferentes modelos, aquel que supere esa potencia necesaria. Si elegimos uno que este por debajo, necesitará más tiempo de carga, algo que está limitado por la tarifa de discriminación horaria. O se enfriará antes de lo esperado, disminuyendo el confort que debe aportar.

✓ Termostato

Algunos modelo de acumulador eléctrico solo disponen de dos botones para la cantidad de carga y la descarga. Estos tipos de acumulador son muy sencillos y no controlan la temperatura ambiente para decidir cargarse más o incluso cerrar la descarga. Está claro que eso redundará en que los precios de acumuladores de calor sin termostato serán más bajos.

Por el contrario, los acumuladores de calor que, si disponen de termostato ambiente, son más caros, pero tienen un mejor control de la carga, y pueden ayudarnos a reducir el consumo eléctrico.

✓ Conectividad

Los acumuladores nocturnos que disponen de conectividad para controlarlos desde nuestro Smartphone o incluso conectarlos a la domótica, aportaran un poco más de eficiencia a la vivienda. Esto lo notaremos en la factura de la luz, ya que no será tan elevada.

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La rentabilidad de un sistema de calefacción puede entenderse mal, puesto que podemos pensar en un beneficio económico. Por ello, cualquier equipo que tengamos en nuestra vivienda y consuma electricidad, gas u otro, no es rentable en ese sentido. Sin embargo, nos proporciona un confort, que puede ser insuficiente, o ser adecuado al propósito buscado.

Comprar acumuladores de calor e instalarlos como nuestro sistema de calefacción puede resultar adecuado. Todo depende del uso que le demos los usuarios, ya que, si utilizamos acumuladores nocturnos asociados a una tarifa nocturna, aseguraremos un consumo energético no muy elevado en la calefacción.

Sin embargo, debemos mencionar que los acumuladores de calor no son ideales para todos los hogares. Esto se debe a que si tenemos estancias o habitaciones grandes que debemos calentar, necesitaremos acumuladores con mucha potencia, lo que significará mucho consumo de electricidad. Como consecuencia, nuestra factura de electricidad aumentará sensiblemente. Este tipo de sistemas de calefacción pueden resultar más adecuados cuando se emplea como apoyo a otro sistema general de la vivienda.

Antes de comprar acumuladores de calor, es conveniente dejarnos asesorar por un especialista en calefacciones, ya que nos podrán decir directamente si nos conviene un acumulador de calor en casa o no.

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Los precios de acumuladores de calor dependen de diferentes factores o características que tengan. Es por ello que no debemos fijarnos solo en el precio, sino que propiedades aporta cada modelo para mejorar nuestro confort o reducir el consumo eléctrico lo máximo posible.

Cuando buscamos en las diferentes tiendas o en internet podemos ver precios de acumuladores de calor entre los 300 y los 1.500 €. Por eso no debemos atender solo al precio y es mejor contar con el consejo de un experto y comprobar algunos de los siguientes aspectos. Los acumuladores de calor baratos suelen ser modelos muy sencillos, sin termostato, de poca potencia y con una estética nada cuidada.

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Obviamente, un acumulador de calor debe estar complementando con una tarifa de discriminación horaria para evitar sustos en la factura de la luz. Es decir, la tarifa en la que el precio más bajo lo obtenemos por la noche, precisamente, cuando la demanda en comercios e industrias es mínima. El secreto es sencillo, comprar la electricidad a precio bajo, en vez de hacerlo en su momento más caro.

Sin embargo, el consumo eléctrico sigue siendo alto, aunque dispongamos de una tarifa de discriminación horaria, por lo que deberemos revisar nuestra instalación eléctrica y el cuadro de protección general.

Para instalar acumuladores de calor y conseguir un confort adecuado, además de tener contratada la tarifa de discriminación horaria, es necesario realizar algún ajuste en el cuadro eléctrico. Algunos cambio necesarios son, por ejemplo, separar la instalación eléctrica en dos circuitos, uno el tradicional para iluminación, enchufes, cocina, etc. y otro para los acumuladores nocturnos.

Otro aspecto importante es incorporar un reloj de control para que active el circuito eléctrico de los acumuladores en las horas valle. De esa forma nos aseguramos que solo se cargarán en las horas con electricidad barata. En el caso de que dispongamos de una instalación fotovoltaica, también deberemos conectar el inversor al gestor de los acumuladores. Así, aprovecharemos momentos en que los paneles solares generan más electricidad de la que se consume, para cargar los acumuladores eléctricos que lo necesiten.

Por último, el instalador y el electricista evaluarán la potencia que necesitamos para todos los acumuladores de calor que se instalen. De manera que se decidirá si mantenemos la instalación en monofásica o se tiene que modificar todo para que sea trifásica.

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El correcto dimensionamiento de nuestras necesidades caloríficas es un factor de los más relevantes para aumentar el ahorro en la factura eléctrica. Es por ello la recomendación de acudir a los profesionales. Sin embargo, podemos hacer una aproximación gracias a las herramientas que ofrecen algunos fabricantes. Mediante tablas para hacer un cálculo orientativo.

En primer lugar, debemos identificar la zona climática en la que se ubica nuestra vivienda.

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Luego iremos a la tabla de potencias por zonas, tipo de vivienda y tipo de acumulador eléctrico. Elegiremos la fila de nuestra zona climática. Nos desplazaremos por esa fila hasta encontrar la columna que identifique mejor la vivienda y la estancia donde irá ubicado cada uno de los acumuladores de calor. El valor que nos indique la tabla al elegir el tipo de acumulador, es la potencia por metro cuadrado que aproximadamente necesitamos.

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Este valor lo multiplicaremos por los metros cuadrados de la habitación. En caso de viviendas antiguas con techos altos, deberemos multiplicar el resultado por 1,3. Este coeficiente nos ayuda a contemplar esa ampliación de volumen de aire a calentar. El resultado nos indica la potencia que deberá tener el acumulador eléctrico adecuado para esa estancia en concreto.

Así, repetiremos el proceso para todas las habitaciones en las que queramos montar un acumulador de calor. Y sumando todas las potencias tendremos el total que necesitaremos. Así sabremos si necesitamos aumentar en nuestro contrato de suministro la potencia total de la vivienda.

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